De los escasos descubrimientos gastronómicos que pudimos realizar en nuestro viaje a Sicilia este fue sin duda el mejor. Aunque pudiera parecerlo por el nombre, es algo muy diferente al típico granizado de limón (o de lo que sea) que se puede consumir en España. La granita (la verdadera granita siciliana, no el brebaje que te sirven en el bar del aeropuerto de Palermo, salido de una máquina de granizado) tiene una textura única, e inolvidable. Entre los diferentes sabores que probamos, el máximo consenso se produjo con la granita de pistacho y la granita de almendra (mandorla). En Madrid hemos intentado encontrar un lugar donde sirvieran granita, pero no hay ningún sitio que hagan nada parecido. Sin embargo, preparar una auténtica granita casera de almendras es algo bastante sencillo, aunque un poco laborioso para que quede bien. He aquí pues la receta que he probado con éxito. Hay que decir que la almendra utilizada la he recogido personalmente de mi almendro de Colmenarejo, así es que el proceso ha empezado literalmente en el campo.
Para un litro de granita:
- 300 gr. de almendra cruda pelada.
- 300 gr, de azúcar.
- 600 ml. de agua.
Preparar la granita de almendra supone tres pasos:
a) Preparar las almendras, si las has cogido directamente del almendro. Si las compras ya peladas, te ahorrarás este paso.
b) Preparar la pasta de almendra. Si la compras hecha, te ahorras este paso.
c) Hacer la granita. Este paso no te lo vas a poder ahorrar, a menos que estés en Sicilia
Paso 1:
- Machacar los almendrucos con un mazo, teniendo cuidado de no romper la almedra.
- Para pelar las almendras pon un cazo con agua al fuego y cuando haya roto a hervir apaga y echa las almendras. Cuando esté aun caliente, pero no demasiado, verás que la piel de la almendra se quita muy fácilmente con solo apretar con los dedos índice y pulgar.
- Puesto que la granita que mejor me supo en Sicilia tenía algunos pequeños restos de piel, me ha parecido conveniente dejar media docena de almendras con piel para conseguir este efecto.
Paso 2:
- En una taza echa 50 gr. de azúcar y añade 50 ml. de agua. Ponlo en el microondas un minuto y medio, a fin de realizar un almíbar. Sácalo y deja que se enfríe.
- Pon los 250 gr de azúcar restantes en el vaso de la batidora (o en la termomix, pero no lo sé porque yo no tengo esa cosa) y bate unos segundos para que se pulverice un poco. A continuación añades los 300 gr. de almendras y bates la mezcla durante dos o tres minutos hasta que tenga una consistencia homogenea de grano fino. Ten en cuenta que saldrá una pasta muy espesa que se pegará a los bordes del vaso, por lo que habrá que remover con una cuchara para conseguir que se bata todo por igual. Probablemente, una buena idea es hacerlo en dos o tres tandas, para que las cuchillas puedan moverse bien. Dependerá del aparato de batir que tengas. Cuando lo tengas todo bien molido, sácalo a un recipiente grande donde puedas remover.
- Ahora es el momento de añadir poco a poco el almibar mientras se va revolviendo y machacando con un tenedor para conseguir una pasta espesa. Lo normal es que quede una pasta que puedes moldear con las manos.
- Saca la pasta y si quieres puedes darle con las manos forma de pastilla de turrón para luego poder cortar la cantidad que vayas a utilizar. Ponlo en un recipiente de cristal, cúbrelo con papel film y mételo en el frigorífico hasta que vayas a usarlo. Deja que repose al menos un par de horas.
Paso 3:
- En el vaso de la batidora de cristal pones un poco más de la mitad de la pasta que habías preparado (unos 350 gr.), partida en trozos, y añades 700 ml. de agua. Bátelo hasta asegurarte de que se ha disuelto perfectamente la pasta, y se ha formado espuma en la parte de arriba.
- Vierte el líquido en un recipiente adecuado y ponlo en el congelador.
- Y ahora viene la parte más crítica, que es la de conseguir el toque de textura de la buena y auténtica granita siciliana. Más o menos cuando haya transcurrido una hora hay que sacar el recipiente del congelador y con la ayuda de un tenedor o con el brazo de la batidora manual remover el contenido lo suficiente para que se rompan los cristales de hielo que habían comenzado a formarse. Se devuelve el recipiente al congelador, y se repite esta operación cada 30 o 40 minutos, tres veces más.
Y ya está.
Si se hace con días de antelación a su consumo, cuando la saques del congelador estará muy duro. Convendrá entonces verterlo en el vaso de la batidora y darle unos segundos de batido para recuperar la textura tipica de la granita, entre el conocido granizado normal y el helado, tal como la puedes ver la fotografía.